El dolor puede ser una consecuencia directa o indirecta de un trastorno neurológico, cuyas dimensiones físicas y psicológicas son esenciales para su diagnóstico y el tratamiento efectivo.
Las enfermedades infecciosas que afectan al sistema nervioso afligen a millones de personas alrededor del mundo. Constituyen la sexta causa de las consultas de neurología en los servicios de atención primaria y su presencia a nivel mundial.